miércoles, 18 de enero de 2012

Y llegaron regalos

A todo esto, cabe destacar aquí, que desde la vez con grano de lata hasta la vez con grano de choclo fresco (elote) había pasado más de un mes.
Mi mujer había viajado a méxico a visitar a la familia y me había traído de regreso un par de regalos que iban a inyectarle un gran empuje a mi búsqueda... uno de ellos era mi preciado molino de cereales... el cual podría haber conseguido en buenos aires por 650 pesos... pero mi mujer lo consiguió por 200 pesos mexicanos... (eso si no contamos el pasaje a méxico, jejjeje).
El otro fue un hermoso comal, grande como para ocupar dos hornallas.

El Molino: el molino de grano manual es una herramienta similar a lo que podemos ver cuando se muele carne en la carnicería... la única diferencia radica en que al final en vez de haber una cuchilla que corta la carne que finalmente pasa por los agujeritos hay dos "muelas" una frente a otra, las cuales rompen el grano en el centro y continúan rompiéndolo a medida que llevan los trocitos hacia la periferia de la muela por unos canales que se van haciendo más y más pequeños.

En cuanto llegó el molino y pude abrirlo, como nene con juguete nuevo debía probarlo!... pero no tenía nixtamal!... tampoco tenía grano de ningún tipo... había apenas maíz pisingallo... pues... murió el pisingallo por el bien de este niño con juguete nuevo!... que lógicamente se llevó otro chasco al no ver que el grano horriblemente duro del pisingallo no se convertía en harina.... apenas si conseguía una especie de arena gruesa de maíz pisingallo. Ya les dije que me encanta aprender por la via de la prueba/error?... de qué otra forma uno tendría la experiencia?...

Bien... le eché la culpa a la calidad del molino... a las muelas... a que una de las muelas se movía demasiado, así que me empeciné en ajustarla lo más que pude para que no lo hiciera... ( luego me enteré que era a propósito y que debía tener cierto juego... jajajajajaj ). Bien... si algo comenzaba a darme cuenta era que mis ideas y mi conocimiento debían quedarse a un lado... probar lo más que pudiera con lo que tenía y luego ver si podía cambiar algo... pero por la experiencia obtenida... no por mi experiencia previa ( la cual era nula en estos menesteres )... todo esto mientras la frase de mi mujer repicaba en mi cabeza "tu que todo lo sabes y lo que no sabes lo inventas!"... jejjejee qué razón tenía.

El Comal: había visto ya algunos de estos... no eran mucho más diferentes a una sartén vieja para mi gusto... "tu que todo lo sabes" entonces no les había dado importancia... pero al probar y ver con mis propios ojos y sentir en mis propios dedos el calor que tomaba ese demonio... la sartén de teflón fue la que quedó muy atrás... tan atrás que ya ni siquiera pienso en que pueda ser una alternativa.

Ya tenía entonces dos grandes aliados!... no me trajeron una prensa por respeto a mi trabajo con la de madera, que a propósito cumple su objetivo por demás satisfactoriamente.

Sin embargo todavía teníamos un problema... uno grande... de dónde íbamos a sacar el grano de maíz seco?.

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